miércoles, 24 de noviembre de 2010

¿DE QUÉ ELEMENTO SOS?

Los Cinco Elementos son la base del Universo, y claro, el hombre no escapa a la Teoría. Incluso podemos definir nuestra personalidad en base a ellos. Fuego, Tierra, Metal, Agua y Madera, serán parte de nuestra constitución, aunque uno o varios pueden tener una presencia fuerte que determine muchos de nuestros rasgos.


Miren a la mujer de la fotografía. ¿Cuántos hombres murieron de amor (o deseo) por ella? Símbolo sexual indiscutible, pasión pura, puro fuego.  De hecho, en los Cuatro Pilares del Destino * Marilyn Monroe, que de ella se trata, lo tenía y en buena cantidad entre los cinco elementos.



Pero los memoriosos (bueh, veteranos), quizás recuerden que, en su vida personal, Monroe padecía estados depresivos que le impedían filmar, fuerte adicción al alcohol y pastillitas de todos los colores, relaciones poco duraderas, inestabilidad emocional. De hecho –teorías conspirativas mediante, ya que se le atribuyó un affaire con JFK- murió a los 36 años de una sobredosis. Bellísima, femme fatale, pero puertas adentro, una mujer torturada y sufriente.

No vamos a analizar sus Cuatro Pilares, pero diremos algunas cosas:

a)      La personalidad Fuego, o Madera, está asociada a la presencia importante de dicho elemento en tal o cual persona. Siempre y cuando el mismo, como hacemos mención en el punto b) no se encuentre anulado por los otros.
b)      En otro artículo, hablamos del Ciclo de los Elementos. Fuego genera Tierra, Tierra genera Metal, el Metal genera Agua, esta a la Madera, Madera al Fuego (en el ciclo inverso, se debilitan). Pero también se destruyen: Fuego al Metal, Metal a la Madera, Madera a la Tierra, Tierra al Agua, Agua al Fuego. Por lo tanto, la presencia de Fuego pero también de Agua, es parte del ciclo destructor, y si le agregamos Tierra, que debilita al Fuego… Cuando empezamos a estudiar las relaciones entre cada uno, nos damos cuenta que no podemos tomarlo como una proporción “tengo algo de Fuego, un poco de Tierra, bastante Agua…”, sino entender las interrelaciones, y ahí ver cómo queda el equilibrio, o la falta de...
c)      Cuando un elemento marca nuestra personalidad por exceso o defecto, hay que equilibrarlo. Luego daremos algunas características, aunque afortunadamente, es difícil que encontremos un Agua típico, pues aunque sobresalga el rasgo, también sus cualidades o flaquezas serán afectadas por los otros elementos, tanto para equilibrarlos como para consumirlos.

Este esquema nos muestra la dependencia de la que hablábamos, quizás gráficamente pueda comprenderse mejor:

FUEGO

¿Cuándo una persona tiene al Fuego como elemento preponderante en su personalidad? Los que rebosan de energía, carismáticos, con empuje, todo lo hacen con apasionamiento y una buena cuota de agresividad. Pueden ser egocéntricos –de hecho, lo son- y entre la actividad que despliegan y la poca atención que dispensan a quienes tienen al lado, son difíciles para la convivencia cuando no, francamente imposibles.
Tienen sentido del humor, pero el sarcasmo les es distintivo: por allí suelen canalizar buena parte de su irritación. Son inteligentes, por lo cual no siempre irán al choque, pero sus “chistes” estarán cargados de virulencia. Les gusta vivir bien, con holgura y, a veces, con excesos de todo tipo. Son inconstantes.
Si el Fuego falta en la personalidad, nos encontramos con falta de iniciativa, poco empuje, seriedad, conservadurismo. El color rojo, los objetos o formas triangulares, las luces intensas o las velas, son un buen toque para armonizar cuando escasea, y los Fuego, en estas ambientaciones, se sentirán de maravilla. Menos en los lugares de descanso, pues lo potenciarían y, ¿quién los aguanta?

TIERRA

El que quiera una compañía previsible, conservadora, hogareña, búsquese alguien que sea típicamente Tierra. Analizan cada situación para tomar decisiones, lo hacen con equidad  y así también son los consejos que transmiten. Muy responsables, les encanta hacer arreglos en la casa, son rutinarios, leales, meticulosos hasta la obsesión. A diferencia de los Fuego, a los cuales les encanta salir a fiestas o eventos, los Tierra prefieren la tranquilidad de su casa, a lo sumo participan de encuentros familiares, donde suelen hablar poco. Se preocupan por todo, o por casi todo: a veces se pasan de “rosca” y pueden padecer abatimientos, hipocondría y alguna que otra neura.
Son la estabilidad y solidez personificadas, pero pueden ser también un pasaporte al aburrimiento.
La ambientación que va con ellos está llena de colores ocres, terrosos, estampados con cuadrados, cerámicos de esta forma.

METAL

Individualistas, amantes de la perfección, cerebrales, competitivos y solitarios. Siempre logran lo que se proponen superando cualquier obstáculo gracias a su inteligencia y capacidad para concentrarse. Fríos, raramente expresan sus emociones. Tienen un bajo umbral para el fracaso o problemas personales, lo cual hace que los traspiés los afecten sobremanera.
No son lo mejor que puede encontrarse en plaza como compañeros de trabajo: siempre le van a encontrar la “quinta pata al gato”, manifestarán su disconformidad cuando las tareas no se hacen a su manera y según sus parámetros de eficiencia, criticarán siempre, con una lengua filosa como el elemento que los define.… y se ganarán más de una enemistad. En las relaciones de pareja o familiares, tratan a veces de bajar el nivel de exigencia que tienen para con ellos y el resto de la humanidad, aunque rara vez lo logran y son por ello generadores de tensión y contrariedades.
Si tienen Metal en exceso, manipulan a diestra y siniestra, compiten a todo o nada, son amarretes y no tienen escrúpulos. Pero cuando falta Metal en equilibrio, las personas muestran una sensibilidad exacerbada y falta de autoestima.
Blanco, metalizados, esferas, péndulos, son típicos colores u objetos de la personalidad Metal.

AGUA

Periodistas, escritores, docentes… todo lo relacionado a la comunicación, es típico de la personalidad agua, aunque también tienen una veta que los lleva a recorrer los caminos de lo alternativo o lo oculto. También la psicología los atrae, y si no la abrazan como profesión, tendrán tendencia a destripar cerebros ajenos sin título que los habilite, siempre con un afán de comprensión de las problemáticas personales o sociales.
Sensibles pero no afectos al drama, amables, diplomáticos, pueden ser influenciables, aunque también ejercen cierto ascendiente sobre quienes los rodean.
Aman el arte en todas sus expresiones, les encanta viajar y si pueden hacerlo con lujo, mejor. No toman riesgos, son miedosos y hasta fóbicos. Les gusta la introspección.
El negro les sienta bien, al igual que el azul, la música suave, la iluminación tenue, las formas irregulares. Cuando falta Agua, hay exceso de temeridad, y falta de consideración con quienes los rodean. Cuando sobra, ¡qué bajón!

MADERA

Creativos, siempre juveniles, optimistas por naturaleza, alegres, enamoradizos. Viven emprendiendo proyectos, pero aunque sus ideas suelen ser muy buenas, son los típicos “que el resto las siga”, pues rara vez van hasta el final.
Como compañeros de trabajo son los mejores, generando un buen clima para la tarea, incentivando a los demás, compartiendo generosamente el crédito en los aciertos. Gente de muchos amigos, buenos conversadores, convincentes, pueden liderar lo que se propongan: ellos son la “vanguardia” y se mueven en situaciones riesgosas como pez en el agua, pero el trabajo lo ponen los potenciales seguidores.
La madera es símbolo de crecimiento, pero no de maduración. Por lo cual, a no extrañarse berrinches cuando algo falla o no sale según los Madera planean, pueden ser infantiles, desprejuiciados. Es el lado negativo del elemento: adolescentes por siempre. Tenerlos como pareja, es también criar hijos: Peter Pan, el niño que nunca crece, está “pintado” en color verde, típico del elemento. Los ambientes con estampados a rayas o formas verticales les sientan genial, al igual que los materiales poco durables como el papel, y las plantas.

Nadie es perfecto… Por lo cual (siguiendo el Ciclo de los Cinco Elementos y su diagrama generador o destructor):

  • Si sobra Fuego, se equilibra con Tierra (refiriéndonos a ambientaciones de este tipo).
  • Si lo que está en exceso es la Tierra, la equilibramos con aquello que represente Metal.
  • Al exceso de Metal le daremos equilibrio mediante el Agua. Al agua, la armonizaremos con Madera, y a esta con una ambientación de Fuego.
  • Cuando falte Fuego, equilibramos con Fuego o Madera.
  • Déficit de Tierra, con Fuego o Tierra. De Metal, con Metal o Tierra. De Agua, con Agua o Metal, y de Madera, con Madera o Agua.

Para finalizar, veamos brevemente qué son los Cuatro Pilares del Destino (*).  A diferencia de la astrología occidental, donde son los planetas y su posicionamiento los que definen una carta, los chinos dan importancia a la influencia de las energías de todo el universo. Tienen en cuenta los Cinco Elementos en su forma Yin o Yang, los cuales llaman Tallos Celestes, a los “animales” (perro, rata, cerdo…) que se denominan en realidad Ramas Terrestres, y a periodos de diez años que se articulan en base a los Tallos y Ramas, que muestran una tendencia que permite aprovechar aquellos que sean favorables, y tomar precauciones cuando la Suerte del Cielo no está de nuestro lado.

¿Cuáles son esos Cuatro Pilares?

  • El determinado por el año de nuestro nacimiento, que representa lo que nos marcan nuestros antepasados (el signo en el horóscopo chino)
  • El correspondiente al mes de nacimiento, símbolo de nuestros padres, de la infancia.
  • Nuestro destino, según el día en que nacimos.
  • La hora de nacimiento, que se asimila a los hijos o aquellas personas que estén bajo nuestro cuidado, influencia o autoridad.

Si volvemos a la carta de Monroe, ahí podemos visualizarlos. Con una aclaración: el más importante o influyente es el pilar del día,  pues representa nuestra esencia. Se lo llama también Día o Elemento Maestro, pues marca lo que somos. Valga el comentario para los afectos a los horóscopos: son generalidades. Enormes generalidades, por lo cual, cuando lean tómenlo como un divertimento. Solamente un estudio de los Cuatro Pilares, nos da una base certera sobre nuestra personalidad, futuro, periodos de suerte…

Y de yapa, otra cinematográfica donde las apariencias también engañan. Anita Ekberg: la diosa de "La Dolce Vita", film del '60, un clásico de Fellini. Clásica también es esta escena en la Fontana de Trevi, con la Ekberg pegándose un baño nocturno, con miles de espectadores masculinos que habrán soñado tirarse en palomita para retozar con el personaje Silvia en esa Pelopincho fashion.


Pero Anita... era (es, vive recluida en Roma, sola, sin perros ni gatos)  ¡puro METAL!

Buena Fortuna

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