viernes, 12 de noviembre de 2010

EMPEZAMOS A ESTUDIAR NUESTRA CASA: ¡LÁPIZ Y PAPEL!

¿Qué tal si empezamos a aplicar herramientas a nuestra casa? Luego seguiremos incursionando en la teoría, pero ya hemos abordado algunos temas que nos sirven para comenzar a observar e identificar problemas en nuestra casa.
 Cuando hicimos referencia a las interrelaciones y correspondencias que hay entre todo lo que nos rodea (puntos cardinales, hexagramas, Cinco Elementos, emociones, desequilibrios en la salud entre otros), nombramos al Ba-gua, el símbolo más antiguo del Feng Shui (o por lo menos, del que existe registro, hace 6.000 años).

Es el que utiliza la escuela budista del Feng Shui, y su aplicación es bastante sencilla. En un aparte, en los próximos días tendrán un artículo que los acercará al origen del Ba-gua, al Cielo Anterior y Posterior… Más teoría, que nos resultará necesaria en otro momento o les será útil a quienes estén siguiendo estos artículos como una especie de curso, pero eso puede esperar: ahora, lean un poco, lápiz y papel, ¡y a hacer nuestros primeros pasos prácticos!

¿Se acuerdan de este esquema?


Lo simplificamos, y tenemos un Ba-gua sencillo para aplicarlo como una plantilla:



Existen ahora técnicas más complejas (que de todas maneras usan esta “plantilla” para estudiar los planos), pero la siguiente nos va a servir para familiarizarnos con los sectores de nuestra casa. Una observación: la misma se puede aplicar al plano genera de TODA la vivienda (y un poco más allá, incluso hasta nuestro barrio), pero la escuela budista le otorga especial atención, tomándola como ejemplo principal, al de aplicarla a cada una de las habitaciones.

Busquemos un plano de nuestra casa, o hagamos un croquis a escala. Tendremos que trazar unas líneas: el Ba-gua es en realidad un octógono, por lo cual modificaremos un poco nuestra matriz de 3 x 3. Las zonas que arriba vemos como cuadrados, nos quedarán más o menos de esta manera:


¡COMENCEMOS!

Supongamos que este es el plano de nuestra casa:


Trazamos primero la “línea de agua”, la cual se superpone a la entrada de la casa, donde se encuentra la puerta. Nos queda así:


Ahora, trazamos dos líneas más, a los lados, y otra en el opuesto a la puerta para cerrar el rectángulo:


Trazamos ahora las líneas para que nos quede nuestra plantilla 3 x 3 (si, ya sé que es pesado, ¡pero también a prueba de despistados!):


Unas líneas más, y no jodemos más… Tracemos diagonales en los dos rectángulos centrales y ya nuestro octógono va a tener más color:

Borramos las líneas rectas, dejamos las diagonales, y dibujamos un lindo octógono (o algo que se le parezca en el cuadro central) y nos queda así:



Bueno, seguro que les quedará algo más prolijo si tienen mano para el dibujo. Pero ahí está nuestra matriz 3 x 3 “ajustada” a las zonas de ese octógono llamado Ba-gua: una central, ocho alrededor, las nueve de nuestro cuadrado inicial. No queda más que otorgarle el significado a cada área o “PALACIO” (así se llaman), vale, el palacio del matrimonio, de los amigos, etc. Aclaración: la pared de la puerta de entrada es, lo que en nuestro cuadrado original, era el triagrama Agua o el Norte (no le prestemos atención a esto último, pues nos vamos a confundir).

¿Dónde estará el palacio del matrimonio entonces? En la zona correspondiente al dormitorio de la derecha, lindo lugar para el amor…  Sigan entonces cada sector del octógono y brinden el significado correspondiente (observen que, por ejemplo, el palacio de las Amistades ocupa buena parte del baño (mmmm…) y la del living a la derecha de la entrada. La puerta entonces potencia la Amistad y el Yo, ya que la misma tiene una importancia especial en darle “energía” a los palacios. Esta casa tendrá entonces una predisposición inicial a que nuestro trabajo y la camaradería, funcionen –a priori- súper bien. Pregunten si en vez de aclarar, oscurecí.

IMPORTANTE (que ya estarán pensando en los recovecos de sus planos)

  Las casas no siempre tienen estos planos “fáciles” para dimensionar.  Supongan que en nuestro ejemplo el dormitorio central y el de la izquierda fueran más grandes, y en el correspondiente al amor, una parte es patio:

Dibujaríamos nuestras líneas igual, pero aquí hay un pedazo de palacio que nos falta. ¿Dejamos la cosa así? ¡NO! Nuestro Amor será pequeño… Por lo cual, lo llevaremos a una dimensión uniforme con el resto poniendo en esa esquina un árbol, un farol, algún elemento que complete el área faltante. También pueden usarse espejos que reflejen la otra pared, con el mismo objeto de alargar el sector en forma virtual.
Quizás tengamos uno o más faltantes en nuestro plano, o hasta tengamos sobrantes: lo que sobra no daña, recuerden, lo que hay que saber identificar cuándo es una u otra situación.

Con el plano de nuestro hogar dulce hogar, estudiemos entonces qué ambiente hay en cada zona. Comenzaremos a darnos cuenta si hay que hacer cambios o, en todo caso, darle más fuerza.

En principio, en nuestro ejemplo, el Palacio del Amor estaría bien ubicado si es el dormitorio que usamos con nuestra pareja (o si estamos solos, ya veremos que “curas” pueden darnos una manito). También el de las Amistades. Nuestros hijos o legado, en el baño, y la sabiduría en la cocina. No se ve muy bien que digamos para fomentarlos… Ahí entra entonces el Feng Shui para equilibrar las energías.

Bueno, a dibujar. Estudien sus casas, cómo están distribuidos los palacios, y piensen en base al significado que tienen, si el uso que se le da a determinada habitación es propicio o no. En la próxima, aplicaremos el Ba-gua a cada habitación. Mientras, pueden preguntar todo lo que gusten.

¡Buena Fortuna!










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