Anteriormente comentamos que el Feng Shui tiene raíces muy antiguas: tenemos que volvernos 6.000 años atrás para encontrar su origen, aunque siendo un arte tan incorporado a la vida china, también fue cuestión de Estado, por lo cual durante dinastías específicas su alcance y florecimiento fue exponencial. Como también su prohibición: la Revolución Cultural lo declaró "enemigo público".
Tradiciones como los rituales fúnebres ancestrales, también fueron proscriptos: se obliga a la cremación: todos los años, miles de ancianos que entienden sus días en este planeta están por terminar, emprenden viajes a sus pueblos natales, intentando escapar de la muerte “estatal” y recibir los ritos que den paz a su alma y a la familia que lo sobrevive.
El Feng Shui se extendió a Europa a través del colonialismo inglés: los profesionales y comerciantes debieron adentrarse en este conocimiento para satisfacer a sus clientes orientales, para posteriormente llevarlo a Inglaterra y países vecinos. Luego pegó el salto hacia Estados Unidos y se extendió por toda América.
Aquí vemos al Bank of China en Hong Kong: un edificio a puro Feng Shui, a pesar de prohibiciones y aún en la modernidad que impone la arquitectura. Muchos lo consideran un mal ejemplo de Feng Shui: por su impresionante tamaño (las construcciones deberían ser similares a las vecinas) y por la agresividad que imponen las aristas con marcos reforzado. El edificio es un generador de Sha Ch’i (mala energía) y la reparte por todo su alrededor mediante esas “cuchillas” constructivas.
Lo de “mal Feng Shui” viene a cuento de tender a la armonía, y no de armonizarse a costa del entorno. Pero hay una razón –discutible- para el mal uso del arte: frente a este edificio, se erige el del HSBC, y obviamente la competencia recibe una energía a la que mejor escaparle. Negocios son negocios.
Y el Feng Shui practicado por occidentales. Esta es la International Tower, en pleno corazón de Manhatann, Nueva York, propiedad del recontra multimillonario Donald Trump, quien sigue contando billetes a pesar de ex esposas que lo han esquilmado. La gran “escultura” metálica representando a la Tierra, funciona como estabilizador del Ch’i. Vale, por esas calles la energía corre sin control y muy velozmente, la estructura la dispone para que ingrese armónicamente al edificio.
Y por último y por ahora, la "casucha" que Bill Gates construye en la misma China, asesorado por antiguos maestros del Feng Shui.
¡Buena Fortuna!
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