Faltan pocos días para el Año Nuevo Chino, y los preparativos que se realizan antes y después del mismo insumen alrededor de 15 días. Vamos a ir conociendo los rituales, pero aunque a muchos les puedan parecer fruto de la superstición, nada más alejado de eso.
Fundamentalmente, lo que hacen quienes respetan la tradición es “sincronizarse” con las energías de la naturaleza, dentro de un profundo respeto por la familia y veneración a los antepasados.
La fecha será el 3 de febrero. ¿Por qué el año 4709 –nos llevan unos cuántos de ventaja- comenzará ese día? Parece extravagante, máxime si tenemos en cuenta que todos los años “cae” en una data distinta. Pues no lo es: la segunda luna nueva (primera de primavera) a partir del solsticio de invierno es la elegida. En todo caso, Occidente celebra el 31 de diciembre, lo cual podemos considerar arbitrario: el fin de un almanaque, y nada más. El año solar se iniciará el 4 de ese mes, y ahí nos pondremos recién a armonizar nuestra casa para el 2011.
Cada actividad tiene su significado, siempre en relación a predisponerse para la prosperidad, renovarse física, mental y espiritualmente, honrar los ancestros, agasajar a la parentela… Como cada uno de nosotros tiene sus creencias personales, podemos encontrar estos rituales poco admisibles, o encontrar afinidad con algunos –sobre todo con los que implican comida y festejo- y, otros, pasarlos por alto.
¿Festejamos completo o no se festeja nada? La recomendación: hagamos lo que tenga sentido para nosotros. Si armar el altar para Tsao Chun no cierra, dejarlo pasar. Nos va la limpieza de nuestras casas pues nos sentiremos bien haciéndolo, genial. Vayamos tomando lo que creamos nos vaya a alegrar, armonizar, predisponer para las buenas energías.
Alguna vez le pregunté a un maestro (chino de la China, valga la aclaración tonta) sobre cómo incorporar medicinas, masajes, tradiciones u objetos que algunos aconsejaban como curas de Feng Shui, sin terminar haciendo cosas a control remoto, que dañen nuestra salud o convirtiendo nuestra casa en un “todo por dos pesos”. Y su respuesta fue simple: una cultura ancestral no se toma por propia, tenemos que seguir nuestra intuición, dando importancia a lo que entendamos nos brinde bienestar, sin fanatizarnos. Estudiar y estudiar, hasta que alcancemos alguna comprensión y acercamiento pues chinos, obviamente, no íbamos a ser nunca.
Rituales y fechas
Regresemos al Año Nuevo: dos días antes –vale, el 1° de febrero- se venera a Tsao Chun, el “Dios de la Cocina”. Aunque su imagen reposa siempre en la pared sobre las hornallas de ese ambiente, la deidad no representa lo gastronómico, sino lo moral. La tradición cuenta que Tsao Chun asciende todos los años a los cielos para informarle al Emperador de Jade cuál ha sido la conducta de cada integrante de la familia.
Por lo cual, se prepara un altar con alimentos dulces, pues el objetivo es agradar al dios para que su informe sea benévolo y las consecuencias de los errores que hemos cometido sean aliviadas. Luego de la ceremonia (los interesados ver aparte), durante la cual se hacen pedidos, se quema la imagen de Tsao Chun para que suba al cielo y se coloca otra sobre las hornallas, la que será convertida en cenizas el próximo año.
Decoración de nuestra casa:
El mismo día, preparamos nuestro hogar para recibir el año, donde los colores rojo y dorado tendrán privilegio. Flores, sobre todo la peonia (que se consigue en los viveros, muy común en los jardines) pues simboliza afecto y amor, a falta de ella, cualquiera que tenga color rojo y cinco pétalos. También la flor del duraznero, pues significa prosperidad para todo el año: no estamos en época, por lo cual se puede reemplazar por artificiales o simplemente, imágenes.
Estos símbolos también son muy utilizados, sobre todo en la puerta de entrada y también sobre ventanas.
BUENA FORTUNA
PRIMAVERA
PROSPERIDAD
Este es el de la Doble Felicidad. Nos predispone a las buenas relaciones, sobre todo de pareja. Se lo coloca en el Palacio del Amor o Matrimonio si lo usamos en el dormitorio, o hacia el sudeste, orientación donde tiene residencia el mismo. Consejo: si lo vamos a hacer, que sea respetando nuestras creencias e incluso nuestros gustos. En algunos comercios pueden comprar decenas de chirimbolos con moneditas, cintas rojas, dragones, sapitos de tres patas: si nos parecen horribles, si nos sentimos genial con la ambientación de nuestra casa y los agregados desentonan, dejarlos de lado. De nada sirve poner un símbolo de prosperidad si, cada vez que lo veamos, nos da gana de mirar para otro lado: estamos cambiando la energía que tienen los símbolos por una buena dosis de “mala onda”. Recuerden también, como hemos visto en artículos de Feng Shui, que búhos, carillones, flores, elefantes, velas, luces y otros elementos pueden cumplir la misma función sin violentar nuestro sentido de la estética.
Limpieza de fin de año:
Los dos días previos al Año Nuevo, corresponde limpiar a conciencia nuestra casa y ordenar nuestros asuntos. Revisen roperos, muebles, alacenas, ¡y tiren todo lo viejo! Papeles, objetos, ropa que no usemos (lo que otro pueda utilizar, a regalarlo), todo lo que esté roto y que a veces pegamos con la gotita… También implica dejar en regla otras cuestiones como deudas, arreglo de documentos, o saldar cuestiones personales, como ese llamado a familiares o amigos que hemos dejado para adelante mil veces, o dar fin a sociedades o apegos que solo nos traen complicaciones o penas.
En fin, limpieza por dentro y por fuera, dejando espacio para el ingreso de la energía que, en este caso, nos trae el Año de la Liebre, sin delegar ya que debemos hacerlos nosotros mismos, aún si es posible, hasta limpiar esos vidrios que nos dan alergia o los recovecos donde la aspiradora no llega.
Una vez que nuestra casa esté chiche bombón, hay que guardar todos los trapos, escobillones, secadores de piso, baldes y otros elementos que normalmente usamos en la limpieza, hasta el año próximo.
IMPORTANTE: hay que barrer los pisos y juntar la tierra, dejando todas las ventanas abiertas… pero no tirarla al tacho de residuos. Si el año fue bueno, podemos pensar que el hogar tiene buena energía, por lo cual lo haremos de afuera hacia adentro, acumularemos el polvo en un rincón de la casa (el más alejado en diagonal a la puerta de entrada), y después del Año Nuevo lo retiraremos.
Si el año fue de menos a peor, ahí si sacamos todo afuera. Empezamos a barrer desde un rincón alejado de la puerta en diagonal hacia ella y a la calle con el polvo.
Barrer barre cualquiera. Pero si bien hablamos genéricamente de hacerlo dos días antes del fin de año, vamos a atenernos al Feng Shui y ahí se nos complica un poco. El Tong Shu es un calendario “energético”: nos habla de los días y horas propicias o desfavorables para hacer tal o cual actividad, y si bien los que siguen la tradición lo respetan a rajatabla, vamos despacio. Empezaremos a utilizarlo para elegir cuándo dedicarnos a nuestros eventos importantes, en este caso, sacar toda la “mala onda” que se pueda haber acumulado en el hogar, o en nuestro lugar de trabajo.
Para ello elegiremos entonces una fecha propicia para la limpieza:
El 23 de enero (excepto Mono), 25 de enero (excepto Perro) y 27 de enero (excepto Rata) son días con buena energía para deshacernos de todo. En el caso de haber tenido un año realmente, pero totalmente espantoso, puede elegirse el 28 de enero (salvo para el Buey), es el “choque del mes” y debe manejarse con cuidado. No lo usen si el 2010 fue un año regular para asegurarse: es jornada destructora, y estarían también librándose de lo regular, normal o bueno.
¿Por qué hay “signos” que deben abstenerse de una fecha en particular? Porque los días tienen energías en “choque” con el mismo. Eso sucede –y lo veremos cuando hablemos más del Tong Shu- periódicamente: no todos tenemos la misma frecuencia. Existen otras fechas como “día roto”, “choque del mes”, etc., donde a veces es mejor para casi todos limitar nuestras actividades al máximo.
Por ahora, nos quedaremos en el tema limpieza para que se entienda: como los animales no se llevan bien entre todos, hay afinidades y oposiciones: si el día tiene energía Gallo, el enemigo de la Liebre, estos últimos deberán guardarse en la madriguera. El Tong Shu es complejo, o por lo menos lo es su confección, destinada a especialistas. Las energías implicadas son muchas –el signo es solo una de ellas- y, para por ejemplo casarse, los chinos consultan a maestros para escoger cuándo se celebrará la boda.
Ah, los afortunados que barrieron hacia dentro, pueden el 5 de febrero deshacerse de la mugre. Y el día de Año Nuevo, el 3 de febrero, hay que abrir a las 00:00 h. todas las ventanas para que entre la energía renovada, y con la casa “limpia”, ahora sí barrer hacia dentro y sacar el polvo el día indicado al principio. Después, a seguir como siempre recordando que en lo posible, sería interesante que pongamos orden pensando en hacer lo mismo con nuestros problemas, relaciones…
En la próxima, una explicación sobre el ritual al "Dios de la Cocina", y el resto de las actividades que corresponden a la cena para recibir el año, y otros detalles.
¡Buena Fortuna!
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